Este país en el que vivimos actualmente, o mejor dicho, el cantón de Zürich, tiene costumbres muy propias, las cuales, para unos extranjeros como nosotros, resultan interesantes. Una de estas costumbres es el Räbechilbi, la cual es una festividad en la que los niños decoran nabos (Räbe) y ponen velas en su interior. La intención de esto es, nada más y nada menos, que iluminar las calles del pueblo de Richterswil. En esta fecha, el pueblo se convierte en un pequeño cuento de hadas donde los protagonistas son los niños y los más de 10.000 nabos relucientes. Un aire enigmático y dulce a la vez invade la noche, y llena de bienestar al visitante en el clima frío que puede llegar a sentir.
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