Los bomberos siempre han despertado mi admiración, incluso cuando era pequeño los consideraba unos superheroes. Pero el día de hoy he experimentado en carne propia que más allá del mito de superheroes se trata realmente de personas que ayudan en los momentos más oportunos.
Y es que hoy quedamos atrapados en el ascensor del trabajo tres niños (de aproximadamente 2 años) y yo. La situación en sí, dentro del ascensor era tranquila, el verdadero stress estaba fuera con los padres de los niños en cuestión. Afortunadamente para todos, los bomberos de la ciudad de Zürich llegaron muy rápido a resolver el pequeño desperfecto y desde el día de hoy mi percepción por las personas que se dedican a ese noble oficio se ha elevado al nivel de verdaderos heroes.