En Suiza durante casi 10 meses tenemos temperaturas bajas, lo cual hace que el verano sea una época de alegría para casi todos los que vivimos en el país de Heidi, lo curioso es que en cuanto llega el calor no faltamos los que empezamos a quejarnos de que nos agobia y es imposible salir a la calle sin maldecir al sol y los efectos que produce en el ambiente, pero además de eso, también tenemos un verano atípico, porque aquí es muy normal que de un día a otro pasemos de 12º a 30º C, de una lluvia torrencial a un día soleado y muchos otros etcéteras.
Pero nada de esto quita la ilusión que se refleja en la cara de todas las personas cuando piensan que las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina, esas vacaciones que para los suizos son sagradas, en las que desconectan por completo del trabajo y las dedican al relax total, nosotros también haremos vacaciones, aunque serán diferentes ya que no contamos con un presupuesto tan extenso y además mi princesa sólo tiene dos semanas libres.
La fecha en la que inicia nuestro periodo vacacional es el 24 de julio, ese mismo día nos vamos conduciendo desde Zürich a
Banyoles, el itinerario aún esta en revisión, lo único seguro es que vamos en coche y que el sábado 25 estamos invitados a una boda, de ahí en adelante es un abanico de posibilidades y pues a ver como se desarrollan estas nuevas vacaciones de verano. Por lo pronto todavía nos quedan dos semanas de trabajo y nuestro maravilloso verano suizo.
Como dato curioso, soy un poco alérgico al sol, hahaha.
